Bloqueo

Los gringos le llaman Writer’s Block, Bloqueo de Escritor, y se dice que estás bloqueado cuando eres escritor y no eres capaz de escribir (duh!). Se especula con que esto ocurre porque tu cerebro está cansado, obstruido por otras ideas, y muchas otras teorías que están relacionadas con una mirada mecánica del trabajo del escritor.

Pues sepan que tal cosa SÍ existe, pero las razones están lejos de ser mecánicas o patológicas.

Me pasé dos años en un bloqueo espantoso, y sé de lo que hablo. Ahora sé también por qué estaba bloqueado. A continuación les contaré mi experiencia, y cómo superé el problema.

[ACTUALIZACIÓN Octubre 2016: Escribí este artículo en noviembre de 2013; han pasado tres años y no he publicado nada relevante desde entonces, aparte de algún cuento en una antología o capítulos sueltos de proyectos que no avanzan en Wattpad. Esta vez no es bloqueo, sino simple falta de tiempo; es la vida boicoteando mi pulsión creativa. Sigo creando, haciendo talleres, escribiendo aunque sea un párrafo al día, para no enloquecer. No estoy en pausa, ni estoy bloqueado. Espero que la vida me permita concretar alguno de mis proyectos antes que pase algo terrible y no pueda escribir nada más.]

La inspiración surge en cualquier lugar y en cualquier contexto. Lo sé, lo vivo todos los días. Pero eso no me lleva a escribir a cada rato y en todo sitio —aunque me gustaría hacerlo—. Mi cerebro tiene una manera fascinante de lidiar con las ideas y creo que nunca llegaré a entenderlo del todo. Me gusta imaginar que es una gran juguera, las ideas entran por diferentes medios, se quedan, se mezclan, se resignifican, adquieren cuerpo en la medida que otras ideas las nutren y así de pronto aparece una criatura que lucha por ser liberada en forma de cuento o novela. Es apenas una proto-historia, que podría ser algo mayor o fundirse con otra. Una maravilla.

Pero no importa cuántas ideas tenga, cuántas ideas interesantes o con mucho potencial. Si el proceso de escribir esa historia pierde su gracia, cuando escribir deja de ser entretenido, cuando ya no me divierte, mi cerebro se bloquea. Así de simple. No importa cuánto tiempo pasé frente al monitor tratando de extraer más palabras al teclado, esa historia no seguirá escribiéndose sola porque mi cerebro no está motivado y NO QUIERE ESCRIBIR. Punto. Se acabó.

Este fenómeno también explica por qué tengo tantas historias sin terminar, que comenzaron a chorro y llegado cierto punto ya no pude continuar y en vez de forzar al duende que me la dictaba, comencé una nueva igual como avión y vamos repitiendo el mismo error, por años.

En 2011 se me ocurrió Blonda. Era una idea ambiciosa que trataba de abarcar mucho y es por esa misma ambición que me pasé todo el año 2012 jurando que escribiría tres novelas y al final no terminé ninguna. Me apasiona la historia, pero algo en el proceso de escribirla no me apasiona tanto, al punto que no era capaz de escribirla. Así que recién en noviembre de este año volví al origen de Blonda, al papel, a la hoja, con una ficha muy extensa de 42 capítulos ultra densos. Y en la tarea de releer y reordenar esas ideas profundas, entendí otro tipo de bloqueo: el que surge cuando está todo planeado y no queda espacio para ser creativo.

La historia puede ser tan ambiciosa como la ideé al principio. Pero al momento de escribir ese primer borrador debe ser más simple, básica, enfocada en el argumento principal solamente. Los mismos personajes, las mismas escenas, pero la mitad o menos del esfuerzo mental para plasmar las imágenes en palabras, porque ya no existe la misma presión por lograr algo tremendo en el primer intento.

Soy escritor. No estoy atado a las leyes del tiempo y el espacio. Puedo escribir la historia de principio a fin con los elementos necesarios para que tenga sentido, y luego puedo viajar en el tiempo y plantar los argumentos secundarios, forjarles un contexto, un desarrollo y resolución dentro del mismo cuerpo literario. No solo soy escritor, también soy editor de mi propio trabajo. Tengo mi propia Tardis, no hay Dalek que me detenga.

Taller literario de novela
1st March 1949: Farmer Mrs Maud Lee and her daughter Pat enjoy elevenses at their farmhouse in Keynsham, near Bristol, with their pet lamb Betty. (Photo by Burchell/Fox Photos/Getty Images)

Si estás en un bloqueo y no puedes escribir, propongo que hagas lo siguiente:

  1. Deja de forzarte a escribir. Relaja la mandíbula y descansa.
  2. Vuelve al origen de todo, al mapa de la historia, y analízalo hasta que encuentres esa pieza(s) que no calza(n).
  3. Corrige el mapa.
  4. Revisa la historia como está escrita hasta ahora, NO EDITES y tampoco escribas lo que falta; solo quita lo que ya no va y mueve lo que haya que mover. Deja una marca para no olvidar dónde tienes que agregar algo y sigue adelante.
  5. Vuelve a escribir desde el punto donde quedaste. AVANZA y termina esa novela.
  6. Con el borrador terminado, ve a llenar los vacíos. Luego tendrás tiempo para editar.

Y si quieres comenzar a escribir y tienes miedo al bloqueo, porque ya lo has vivido o porque prefieres prevenir, sigue este consejo:

  1. Construye el mapa de la historia con cuatro líneas argumentales básicas: Mundo (setting), Idea, Protagonista (Character) y Evento.
  2. Céntrate en dos: Protagonista (porque sin protagonista no tienes nada) y otra más que sea relevante para el desarrollo de la historia.
  3. ESCRIBE ESE BORRADOR.
  4. Al terminar, viaja en el tiempo al principio de la historia y siembra los elementos que falten de las otras dos líneas argumentales.

Espero que les sea de utilidad. ¡Gracias por leer y no paren de escribir!

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Avatar de Daniel Enrique Guajardo Sánchez

By guajars

Santiago, 1977. Daniel Guajardo (aka) Dan Guajars escribe las historias y su otro yo, el tenebroso, las disfruta. Se lo puede encontrar con el nombre de Daniel Guajardo en Providence, Chile.