La respuesta es SÍ. Porque escritor es el que escribe, no el que publica. Pero antes que comiencen las guerras semánticas, demos un repaso a lo que hace un escritor que publica versus uno que no publica nada jamás en toda su vida.
El escritor que publica.
Es aquel escritor y escritora que dedica tiempo a escribir una historia, la revisa, la mejora, la edita, la perfecciona, hasta que siente la satisfacción del trabajo terminado. Y entonces publica (dónde la publica es irrelevante para este ejemplo).
Otros escritores reconocen el trabajo publicado, tal vez lo lean, y se reconocen entre sí mismos como escritores.
Además, un grupo pequeño de escritores y escritoras anuncian por distintos medios qué están escribiendo y comentan cuánto les falta para terminar. Así sus lectores juntan ansiedad y esperan a leer el siguiente libro que se publicará. No todos los que escriben hacen este ejercicio de relaciones públicas.
El escritor que no publica.
Es aquel escritor y escritora que dedica tiempo a escribir una historia, la revisa, la mejora, la edita, la perfecciona, hasta que siente la satisfacción del trabajo terminado. Entonces guarda el texto en algún lugar físico o virtual. Y solo para que quede claro, NO LO PUBLICA.
Luego comienza a escribir otra cosa. Puede ser la continuación del texto anterior o algo completamente nuevo.
Tal vez comparte sus textos con sus amigos, o con un grupo de escritura. Tal vez los envía a concursos literarios (gane o no es irrelevante para este ejemplo). Podría anunciar en sus redes qué está escribiendo y cuánto le falta para terminar. Podría hacer muchas cosas y tal vez las haga, pero publicar está fuera de la lista.
Podría publicar sus textos, pues sí. Pero no lo hace. Por qué no lo hace es un asunto personal y si alguien le pregunta seguramente tiene una respuesta, pero es irrelevante para este ejemplo.
La ansiedad por publicar.
Ya lo he mencionado en otras oportunidades: los autores publicados tienen que seguir publicando al menos un libro cada año para mantener su posición en ferias del libro y vitrinas de librerías. Cada nuevo libro atrae a los mismos lectores de las publicaciones anteriores, y también atrae a nuevos lectores que podrían interesarse por los otros libros del mismo autor o autora. Un libro por año es la medida sensata con la que se valida al autor y autora publicado.
¿Y qué pasa con el 99,99% de los demás escritores y escritoras que no estamos en ese rango de publicaciones? Yo publico algo cada tres años, fin. Hasta 2017 sufría de la ansiedad permanente por no publicar nada. No había presión de ningún tipo, desde ningún ángulo, para que publique mis textos. Me autoedito, no tengo una editorial que me apoye, no la necesito (todavía). Me gustaría estar en una feria del libro (excluyendo la Filsa) y firmar mis libros a personas desconocidas que se sientan intrigadas por la portada o la sinopsis.
Ya no sufro la ansiedad. No me desespero, porque sé que no puedo cumplir con plazos de ningún tipo. Demoraré lo que tenga que demorar.
Pero recuerdo cuando sufría por no publicar nada porque no tenía nada terminado y sentía que la ventana de mi “fama” se diluía cada día que pasaba, mes tras mes, tras años, sin demostrar logros.
Al final del día se trata de demostrar algo. Tú que aún no publicas nada, qué quieres demostrar. Tú que publicas un libro cada cinco años, qué quieres demostrar. A quién. Por qué es tan importante publicar si lo que más disfruto en la vida (después de mi familia) es escribir.
Piénsalo. Publicar cada seis meses, cada un año, cada dos, cada cinco, cada diez… publicar cuando llega el momento oportuno o no publicar. Sin presión. Sin ansiedad. Todo a su tiempo.
Y para las personas que salen al camino exigiendo un mínimo porque si no no eres escritor o escritora, les tengo lo siguiente:
