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El mapa de la historia: el comienzo, la mitad, y el final de tu ficción

Antes de comenzar con el discurso, no está de más recalcar algunas certezas que he adquirido en mis décadas escribiendo y publicando. Y éstas son:

  1. Debes planificar la historia antes de escribirla.
  2. El primer borrador de la novela puede ser imperfecto.
  3. La materialización de la novela ocurre durante la edición.

Este conocimiento me ha permitido no ser tan duro conmigo mismo mientras escribo. O cuando el borrador no sale perfecto. O porque no logré un principio, una mitad o un final satisfactorios al primer intento. Incluso si estaban planificados de antemano. Porque todo lo que escribas, se puede corregir.

Y si trabajas con un(a) editor(a) perfeccionista que te exige la entrega de los capítulos, apenas salen del horno, pedes tratar cada capítulo de la misma manera: planificarlo antes, escribirlo sin reparar en perfeccionismos, y corregirlo para que parezca que te salió bien a la primera. Luego se lo envías al editor(a).

Dicho lo anterior, aún creo necesario explicitar los rudimentos de la narración de una ficción compleja, entendida como una obra de tres actos (o cuatro, o siete, o nueve… da igual).

Escribir el principio de la historia.

Es el Primer Acto.

Es verdad que comenzar a escribir es difícil. Antes de comenzar la escritura, debemos conocer a nuestro(s) protagonista(s) y otros personajes. Conocer el mundo donde viven y conviven. Por qué se inicia la historia con estos personajes en este mundo. Y dónde y cómo queremos que termine.

Hay lectores que les basta con leer la primera página y quedan enganchados a la historia. Y también hay lectores más pacientes. Hay lectores que prefieren libros que los deslumbren con el worldbuilding y cómo se develan los misterios de sus personajes al mismo tiempo que avanza la historia. Y hay lectores a los que les da igual, solo quieren leer.

La pregunta importante es: ¿Qué tipo de lector(a) eres tú, escritor(a)? Si no lo sabes, pues ya es tiempo de que lo descubras. Si escribes lo que amas, entonces sabes cómo debes escribir el principio de tu novela.

El evento desencadenante.

Es la chispa que enciende la mecha. Y distintos géneros literarios enfrentan las primeras páginas de un libro con miradas diferentes. Pero a saber:

  1. Había una vez un protagonista que vivía su vida cotidiana y rutinaria en su mundo normal.
  2. Todos los días este protagonista hacía tales cosas y se relacionaba con tales personajes; sin embargo, hay algo en su vida personal que no está bien, pero ya que es parte de su normalidad no hace nada para resolverlo.
  3. Hasta que un día algo cambia, algo que trastorna el mundo del protagonista y que le obliga a iniciar un viaje (real o metafórico).
Escribir el principio de la novela
Había una vez…

Ya entiendes la idea. El evento desencadenante está en el punto 3 de la lista. Un día algo cambia, se rompe la rutina y paf! Se acabó el mundo normal. Se murió un ser amado o vienen los marcianos. En tu novela, el evento desencadenante debe ser explícito, transparente, sin ambigüedad. El lector o lectora lo deben comprender con claridad el evento disruptor y el volumen de la disrupción; y por qué afecta al protagonista al extremo que su mundo normal ya no puede ser.

El mundo normal no es el mundo «ideal». Cada personaje vive su normalidad personal, así como nosotros vivimos la nuestra y esperamos que nada cambie… mientras en nuestro interior deseamos algo que nos haría felices.

El punto 1 y 2 de la lista son obligatorios. No te los saltes. Pero ya que somos flexibles y diferentes géneros literarios esperan que los enfrentes de distintas maneras, los podemos reordenar: 1-2-3, 1-3-2, 3-1-2.

En el punto 2 de la lista hay algo que llama la atención. Hay algo en la vida de el o la protagonista que no está bien. O que podría ser mejor. Es ese deseo interior del personaje.

Hay distintas escuelas de escritura que plantean el «deseo» de un personaje con diferentes nombres. Les comento tres, «la mentira que el personaje cree», «la imperfección que le impide ser feliz» y «lo que el personaje desea (want)». Y ya que esta mentira/imperfección/deseo forma parte de su vida cotidiana y está acostumbrado(a) o resignado(a) o simplemente no se lo cuestiona, el personaje no hace nada para cambiarlo o corregirlo o extirparlo de su vida.

El evento desencadenante pone en marcha la historia que se cuenta en la novela. Y es también el evento que obliga al personaje a encarar esa mentira/imperfección/deseo. Es lo que conocemos como el arco del personaje. Donde ese «algo» que no está bien se pone a prueba, se tensiona con otros personajes y otras situaciones fuera de la cotidianidad, y se resuelve (o no) al final de la novela.

Escribir el grueso de la historia.

Es el Segundo Acto. Es el doble de largo que el primer acto. Si no conoces la estructura de tres actos, recomiendo que veas el video de Lindsay Ellis que está en el artículo acerca de estudiar escritura creativa por tu cuenta.

Aquí es donde nos probamos a nosotros mismos que sabemos hacia dónde va la novela, o que en realidad nos falta información y/o motivación para avanzar. Porque la posibilidad que dejemos el proyecto es este punto es muy alta.

Gracias al libro «2k to 10k: Writing Faster, Writing Better, and Writing More of What You Love» de Rachel Aaron, aprendí una pieza clave del porqué mis historias quedaban empantanadas en esta etapa. No voy a negar ni rebatir el bloqueo del escritor. Solo me limitaré a exponer lo que funcionó para mí, con ayuda de Rachel y su triángulo mágico.

El triángulo de Escritura Feliz
Conocimiento + Tiempo + Entisiasmo

«Conocimiento» se refiere a saber lo que vas a escribir antes de escribirlo. Planificar la historia antes de comenzar. Conocer el backstory de personajes. Haber hecho el ejercicio de worldbuilding mínimo necesario para no sacar conejos del sombrero.

«Tiempo» se refiere específicamente a reconocer en qué momentos, lugares y situaciones somos más productivos. Para ello tuve que medir palabras escritas y tomar notas del día, hora, lugar, de cada vez que me sentaba a escribir. Luego de un tiempo corto comprendí que hay ciertos contextos personales que hacer más fácil la escritura, y que hay otros que la hacen casi imposible. Mi conclusión fue que madrugar y escribir durante una hora o más antes que el resto de mi familia despierte es mi mejor momento.

«Entusiasmo» se refiere a escribir lo que amas. Porque cuando uno escribe lo que ama (leer, ver, conversar, visitar, soñar), se escribe con un entusiasmo inigualable. Cuando no te entusiasma la idea de escribir una escena, un personaje, un mundo… Tal vez deberías buscar un nuevo ángulo que te entusiasme, para enfrentar estos elementos necesarios en tu relato. Por ejemplo, a mí no me entusiasma escribir acerca del sufrimiento humano que produce el clasismo. Pero sí me entusiasma poner en evidencia las actitudes clasistas normalizadas en nuestra sociedad. El tema es el mismo, pero el enfoque es aquel que me entusiasma de verdad.

El ciclo de prueba y error.

Una herramienta simple y efectiva para enfrentar la historia es poner a los personajes y sus planes a prueba dentro del relato, e ir ganando y errando y forzando la corrección del rumbo.

  1. Protagonista intenta resolver su problema (al mismo tiempo que nosotros ponemos a prueba su mentira/imperfección/deseo contra el nuevo escenario). Pero falla.
  2. A raíz de esto… protagonista reintenta o intenta un nuevo ángulo para resolver. Y logra avanzar en algo, pero falla en algo más.
  3. A raíz de esto…
Escribir la mitad de la novela
Acciones y Consecuencias…

El ciclo se repite tantas veces como sea necesario sin que parezca un bucle sin solución. El protagonista debe intentar distintas soluciones, ganar terreno o perder terreno, fallar en algo y ganar en otra cosa. Y cuando los eventos se acercan al momento en que el o la protagonista van a lograr su objetivo de la historia, ocurre el tercer acto.

Escribir el final de la novela.

Es el Tercer Acto.

Si llegamos a este punto, es porque:

¿Acaso no es una sensación maravillosa? Cuando falta cada vez menos. Y aunque sabemos que después de terminar el borrador nos queda un montón de trabajo por delante, la parte más difícil siempre es terminar el borrador.

Escribir el final consiste en cerrar arcos. Hay que responder las preguntas pendientes. E ir componiendo el camino para que la resolución del problema con el mundo y del arco del protagonista post-climax sea satisfactorio.

El clímax.

Tú escoges cómo cierras los arcos. Si es que los cierras. A mí me gustan los finales esperanzadores, incluso si los protagonistas no logran resolver sus problemas personales.

  1. Hasta que finalmente, protagonista logra su objetivo o falla en su objetivo.
  2. Y desde entonces protagonista tiene una nueva rutina, en un mundo normal diferente del anterior.
  3. Y el TEMA de la historia es… (el tema profundo de la novela, de qué trata finalmente esta historia).
Escribir el final de la novela
Y finalmente… (+ Tema)

En la ilustración dice que la moraleja es opcional. Sí, «moraleja» entendido como «lección o enseñanza que se deduce de un cuento, fábula, ejemplo, anécdota, etc.», es optativo. Pero si lo entendemos como el TEMA de la obra, el pilar que nutre de subtexto a la historia, entonces no es optativo.

Entonces…

Si escribimos lo que amamos escribir, también lo hacemos para lectores que son como nosotros. De la totalidad de personas que leen en el mundo, hay un grupo grande de personas que seguramente amarán nuestra obra. No te desanimes.

Lo que los lectores quieren de una novela, incluso de aquellas historias que los aterran o que los hacen sentir incómodos, es que la historia los transporte hacia un mundo (conocido o ficticio o real, pero desconocido para la mayoría) donde encuentre relaciones significativas de personajes con problemas comprensibles y resoluciones satisfactorias.

Yo no quiero ni puedo escribir historias masoquistas con finales grimdark donde nadie es feliz. Pero también es una posibilidad.

Y luego de todo este trabajo, con el principio, la mitad y el final planificados escritos, tendrás el borrador de la novela terminado.

¿Tienes preguntas?

Deja tus consultas en los comentarios, por favor.

La ilustración que recorté para las distintas partes de la historia corresponde a «La Columna Vertebral de a Historia» (The Story Spine) de Pixar. Que no es un invento de Pixar, pero ellos me lo enseñaron. Pueden ver la ilustración original en el Tumblr de Sketchplanations.

La columna vertebral de la historia
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