Me como una costilla con una papa y quedo con hambre

Este es un resumen personal acerca de mi trabajo como escritor y temas relacionados, durante 2014. Más mi declaración de deseos para 2015.

2014 fue un año de aprender, experimentar y analizar. No asumí riesgos innecesarios ni hice nuevas promesas que no pude cumplir. Bien por mí, creo.

Primero, hice un Diplomado en Edición y Publicaciones que me abrió las puertas de un mundo que me parecía tan misterioso, desde la perspectiva del autor, y que ahora es bastante fácil de entender. Aprendí todo lo que se necesita para ser editor y del pequeño mundo editorial chileno. Fue la mejor inversión que haya hecho desde… la verdad no sé con qué compararlo.

Segundo, no publiqué ningún libro en 2014. Cero. Nada. Ni siquiera un cuento. Tengo una historia que podría publicar para mejorar mi estadística antes que termine el año, pero no lo haré. También está el volumen 1 de Dolunai, que no contiene ninguna de mis historias, así que tampoco vale.

No publiqué nada, porque no hay nada para publicar. Ninguna novela terminada, solo proyectos y novelas que se estancaron a mitad de camino a lo largo de las décadas que ya se fueron, en algunos casos por falta de estructura, o porque no sabía para dónde iba la historia, o también por exceso de ambición. Cuek.

Tercero, participé en un taller literario, como tutor o profe o como quieran llamarle, y fue una experiencia muy enriquecedora, conocí a tremendos autores jóvenes que seguramente brillarán con luz propia en los próximos años, y también aprendí una buena cuota de temas que desconocía. Enseñar es aprender y quiero repetir la experiencia en los años que vienen.

Cuarto, las horas que tenía destinadas para escribir, las dediqué principalmente a estudiar y hacer trabajos para el Diplomado, leer cuentos y preparar algunas clases del taller, y a ser jurado en dos concursos en Wattpad, donde descubrí que soy muy poco tolerante a la mala ejecución de ideas prometedoras. Es una de las razones por las que tampoco publiqué nada. Porque no escribí nada nuevo. Y es otra razón por la que Dolunai salió tan difícil.

En pocas palabras, escribí poco y lo que escribí, está en el ámbito de la pre-escritura, la estructuración de historias antes de comenzar a escribirlas. Gracias a mis aprendizajes a lo largo de todos estos años, y especialmente a unas lecturas que me abrieron los ojos, en noviembre armé mi «Método Guajars» para construir historias, que es un método que funciona como guante para mí y que tal vez podría ser aplicable a otros autores. Todavía lo estoy perfeccionando, en la medida que lo aplico. Y puedo decir, sin adelantar nada, que me permite organizar los elementos fundamentales de una historia, sin quitar la diversión al proceso de escribirla después.

En septiembre mi amada me regaló un Kindle, y lo llené con manuales de escritura, creación de historias, personajes, diálogos y mundos. Los he ojeado con intensidad, y todo lo que me ha parecido interesante lo he recopilado, puesto a prueba, desechado o aplicado en mi Método Guajars.

Durante diciembre de 2014 que recién comienza, terminaré de pre-escribir otras novelas. ¡Es trabajo duro! En cada etapa del método descubro vacíos que no habría previsto, y que deben ser resueltos si quiero sentarme de una vez a escribir la novela sin contratiempos. Y eso, para mí, es trabajo provechoso.

Entonces, mis promesas y esperanzas realistas para 2015 son:

  • Escribir el primer borrador de al menos una de las novelas que estoy pre-escribiendo ahora y publicar ese libro corregido, editado, testeado y revisado, en septiembre de 2015.
  • Formalizar mi editorial especializada Monstruito Ediciones, y publicar al menos a un autor o autora. Me ocuparé de buscarle personalmente, no habrá convocatoria.
  • Publicar el volumen 2 de Dolunai, esta vez con autores seleccionados, no habrá convocatoria.

Y eso es. El orden define la prioridad. Y este es el mínimo deseable; si lo sobrepaso, habrá más felicidad para compartir.

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By Daniel E. Guajardo Sánchez

Santiago, 1977. Daniel Guajardo (aka) Dan Guajars escribe las historias y su otro yo, el tenebroso, las disfruta. Se lo puede encontrar con el nombre de Daniel Guajardo en Providence, Chile.