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Decálogo para ser Escritor(a), por Dan Guajars

Decálogo de escritura

Esto es un resumen del resumen de mis convicciones acerca de ser escritor y el proceso de escritura literaria. Además, es un trabajo en proceso, que podría mejorar/empeorar con el tiempo. Hay temas que me son preclaros y otros que no logro articular. Por favor, paciencia.

0. Conoce tus límites

Es un consejo que debería estar dentro del decálogo, pero serían 11… A lo que me refiero con «conoce tus límites» es parte de un proceso que puede ir evolucionando en el tiempo. Hay límites internos y externos. Los límites externos no dependen de ti. Pero de alguna manera te pueden afectar, como el lugar donde vides o la gente que vive contigo o los horarios en que puedes dedicar tiempo a tu escritura.

Entre los límites internos están tus propias reglas de lo que estás dispuesto a compartir con el mundo y lo que no quieres compartir; no me refiero a cosas personales y tampoco hablo de autocensura. Por ejemplo, hubo una época en que consumía mucho gore, en películas y en libros; pero llegó un día es que ya no lo pude tolerar y se convirtió en un límite personal, interno. No voy a escribir más escenas gores, las evito de la misma manera que evito consumirlas.

Conocer tus límites te permite optimizar tu tiempo y tus ideas, de la misma manera que un cantante construye su estilo de canto.

1. No se necesita estudiar una carrera para ser escritor(a) de ficción

Mi recomendación es que separes «la escritura de ficción» de lo que te permitirá ganarte la vida por el resto de tu vida. Para ser escritor(a), prefiere participar en taller(es) literarios, y más tarde hacer cursos o diplomados enfocados en la creatividad.

Pero lo más importante es: vivir una vida activa fuera de la burbuja.

2. Si no sabes cómo termina la historia, no comiences a escribirla

Es mi regla de oro. No necesitas un mapa detallado de la historia —aunque sí lo recomiendo—. Puedes descubrir la historia mientras la escribes, si eso es lo que quieres. Pero siempre debes saber dónde quieres llegar.

3. El primer borrador es un mamarracho decepcionante, aunque prometedor.

Es normal que el primer borrador sea una enorme y desbordante decepción. O ni tanto, según tu nivel de autocrítica. Parafraseando lo anterior, es normal que no sea «bueno». Reconocí que el primer borrador no tiene que ser perfecto. Eso me ayudó a no insistir en la perfección antes de terminar de escribir la historia. La misión es terminar el borrador. Luego habrá tiempo para mejorarlo.

4. Editar es escribir; el borrador siempre se puede mejorar.

Corregir. Agregar. Quitar. Modificar. Mejorar. También empeorar. Todo eso es editar. La cantidad de palabras puede aumentar o disminuir. Y te vas a demorar todo lo que tengas que demorar. Tú pones los límites a la reescritura.

5. Necesitas una rutina de escritura; pero escribe sin apuro, no lo fuerces.

La rutina es necesaria. Tener un horario y un lugar para escribir. Montar una «zona mental» de escritura creativa. Y eso solo se logra con rutinas.

Por eso me levanto todos los días antes que el resto de mi familia y escribo, planifico, edito o investigo. Al menos una hora cada día. No es mucho. Pero hace una enorme diferencia.

¿Qué es eso de publicar UNA NOVELA AL AÑO? Date un respiro.

Yo me bajé de ese tren hace tiempo. Excluí de mi vida la presión de producir mucho con el objetivo de volverme visible y rentable. No lo necesito. Aunque en lo profundo aún lo ansío…

6. Escribe historias que reflejen quién eres.

De manera inconsciente todos hacemos esto en nuestras historias: reflejar quiénes somos, lo que creemos y lo que queremos. Luego conscientemente tratamos de borrarnos de la historia. No te borres de tus historias.

7. Escribe desde tu experiencia emocional.

Las emociones nos mueven. Son importantes. Los momentos inolvidables están grabados con la intensidad de las emociones que se generaron en esos momentos.

Esto lo hace más fácil para nosotros/as escritores/as. Incluso cuando es difícil escribir algunos temas que son emocionalmente pesados o estresantes. No todo es aventura, romance y asombro. También hay miedo, angustia, odio, repulsión. Nos conectamos con otras personas a través de las emociones.

8. Siempre escribe con una intención oculta.

Mis ideas, mi ideología, los temas persistentes de mi narrativa… forman parte integral de las historias que escribo. Lo quiera o no. La intención oculta es también una ejecución inconsciente.

Por eso hago un esfuerzo extra para reconocer los tropos que nutren mis historias. Para identificar los temas profundos. Y cuando lo logro, la historia es un animal completamente diferente, aunque el texto sea el mismo.
Recuerda esto: la historia es tu caballo de Troya.

9. Escribe tus temas, aunque sean incómodos.

Esto lo hace más difícil, siempre. Porque los temas incómodos no quieren ser expuestos. Mis temas incómodos no son grotescos; pero tampoco quiero visitarlos cada vez que me pongo a escribir. Es un esfuerzo permanente, adentrarse en las incomodidades del propio inconsciente. Pero al final del día es un ejercicio liberador.

10. La escritura es Arte. Somos artistas.

Tú y yo no somos espectadores ingenuos del mundo en que vivimos. Las historias que narramos acerca de nuestro presente son relevantes. Porque la experiencia humana no ha cambiado tanto en los últimos veinte mil años. Y es poco probable que cambie en los veinte mil años que vendrán. Nuestro arte es contar historias.

Se aceptan opiniones.
😉

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