1984 Big Brother

La Distopía forma parte de la Ciencia Ficción desde el comienzo. Nos muestra una sociedad futura que NO deseamos que ocurra. Y su concepción es respuesta inmediata a las características de la sociedad en la que se concibió. Habla del miedo a un futuro posible. Incluso probable. Y aunque no lo parezca, muchas de las teorías más aterradoras de la Ciencia Ficción Distópica son aplicables al presente.

Por ejemplo, 1984, novela de George Orwell escrita entre 1947 y 1948. Nos muestra un presente en el que las prácticas del comunismo y del fascismo son cotidianas. La novela es una descripción analítica de los regímenes totalitarios (Stalin y Hitler). El Gran Hermano suple a todo personaje político. Es la encarnación de los ideales del Partido. Un Partido ubicuo, único y todopoderoso que vigila sin descanso las actividades cotidianas de la población. Al punto que en las calles y casas hay dispositivos de vigilancia para conocer todos los actos de cada individuo. Igual que Facebook, pero sin la máscara benigna de una red social para hablar con tus amigos y familiares.

Otros ejemplos literarios de Distopía clásica son Farenheit 451 de Ray Bradbury y Un Mundo Feliz de Aldous Huxley.

Qué es una Distopía

Las Distopías en general, incluso las actuales para público juvenil, siguen la misma estructura temática. Hay un elemento social, político y/o económico que, de volverse extremo, acabaría sumiendo a toda la población en un futuro indeseable. Ahí tienen los Juegos del Hambre de Suzanne Collins y La Chica Mecánica (a cuerda) de Paolo Bacigalupi.

Hay otros casos donde el contexto distópico es una excusa o una herramienta anecdótica y no se justifica a así mismo. Excepto para dar vida a una novela de explotación temática. Como las novelas de The Maze Runner de James Dashner. En un mundo asolado por llamaradas solares, un grupo absurdo desata una plaga que acaba diezmando a los pocos sobrevivientes. Y con la excusa de encontrar una cura, mete a un grupo de adolescentes en una serie de pruebas ridículas con tecnologías imposibles. Siempre con un objetivo poco claro. Sinceramente, es una distopía adolescente espantosa.

Las distopías tienen un inevitable final infeliz o grimdark. La manera en que se conciben estas historias solo puede dar paso a una espiral de desastres y tragedias consecutivas. Que dan como resultado que el o los protagonistas raramente triunfan y jamás serán felices. Y por mis callos que odio estas distopías con finales infelices.

¿Una Distopía Hopepunk?

Creo en la posibilidad de una distopía terrible en la que los protagonistas pueden fracasar en sus planes. Y a pesar de ello, ser felices de alguna manera en este contexto distópico. Porque la posibilidad de que triunfen y además sean felices suena improbable e irreal, incluso en un contexto de ciencia ficción. Este tipo de historias se conocen como Hopepunk.

Akira se estrenó en 1988. Y declaraba que 31 años después de la tercera guerra mundial, en 2019, el mundo sería como el que vivimos a fines de 2019; con descontento social persistente. Pues en 1988 Akira era Ciencia Ficción. Pero en pleno 2019 es una distopía realista. En 30 años más, si seguimos vivos en este planeta, será una mirada romántica de retrofuturismo.

¿Has leído alguna distopía hopepunk o con final feliz? Deja un comentario con esa valiosa recomendación, por favor.

Avatar de Daniel Enrique Guajardo Sánchez

By guajars

Santiago, 1977. Daniel Guajardo (aka) Dan Guajars escribe las historias y su otro yo, el tenebroso, las disfruta. Se lo puede encontrar con el nombre de Daniel Guajardo en Providence, Chile.