Kesáen de diversidad

En abril de 2013 leí unos artículos de un autor chileno, que rezaban de la crisis de la literatura fantástica chilena. Lamentablemente, ya no están disponibles online. El primer artículo iba al hueso del asunto. Y algunos lectores/autores no leyeron que se refería solo de la «literatura fantástica» («alta» o épica) en particular. Que excluía la ciencia ficción y otras variantes que no caben en este párrafo. Y como el autor del artículo no lo dijo específicamente, tuvo que publicar otro post con un extenso pie de página.

Es un ejercicio interesante el hacer un llamado de atención a todes quienes les calce el zapato. Y leer también cómo personas se defienden y atacan de vuelta y sufren porque sienten que les hacen acoso cibernético. Pero en realidad nadie está hablando de ellos.

Me quedo con la conclusión de esos dos artículos que leí. En ellos decía que «la verdadera crisis [de la literatura fantástica] podría definirse como nuestra incapacidad para articular propuestas personales». Esto en el contexto de literatura de fantasía y nuestra identidad local. Y me quedo con esa frase porque es la que me llevó (en 2013) a hacer una pregunta importante que no había formulado hasta entonces. ¿Tengo una propuesta personal?

Tengo historias que contar, muchas, demasiadas, ordenadas, desde las que me quitan el sueño completamente a las que menos. Manejo estructuras bien definidas de cómo las quiero contar, incluso me doy el trabajo (y con gusto) de explicarlo en otro blog. Tengo sueños onanistas en los que me veo presentando libros que todavía no escribo (y supongo que eso es normal, ne?). Pero no sé, no estoy seguro, no puedo decir ni describir cuál es mi literaria propuesta personal. La que está incluida en esas novelas que quiero escribir, y que podría estar incluida también en las novelas y cuentos que ya escribí.

Yo, en 2016, preguntándome otra vez cuál es mi literaria propuesta personal.

Mi propuesta personal

Era 2016 y otra vez me puse a pensar en mi propuesta personal. Analicé lo que llevo escrito, lo que estoy escribiendo y lo que quiero escribir, y encontré algunos temas recurrentes:

  • Personajes jóvenes que buscan un lugar de pertenencia en su entorno cercano.
  • La ilusión de pertenencia a un contexto mayor.
  • Seres parásitos de los que no se puede escapar y en cierta forma se aprende a vivir con ellos.
  • Heridas emocionales que demoran muchos años en sanar.
  • Un mundo extendido, complejo y extraño, demasiado enorme para que una persona pueda experimentar una fracción de su grandeza (y sus horrores).
  • Un mundo interior, rico, fascinante y aterrador, en constante evolución, invisible para el resto.
  • Miedo paralizante a la pérdida de un ser querido.
  • Horror cósmico persistente. O el miedo a la intrascendencia intrínseca, a una vida sin un objetivo real o «misión en la vida», a solo existir porque sí.
  • Aceptar de mi origen mestizo y descubrir que no influye en nada. Que únicamente es preocupación de otros a quienes no les presto ni un milímetro de dick.

Es 2022. El ejercicio de analizar en retrospectiva mi producción literaria para encontrar y adjudicar un propósito a mis temas recurrentes, resultó de lo más satisfactorio. Cuando lean mis publicaciones a partir de 2021, encontrarán textos finales con un anexo «acerca de este libro». Allí hago retrospectivas concienzudas acerca de esos textos.

Este litre me conoce
Yo, en 2022, cuestionándome por qué sigo visitando los mismos temas.

Mi literatura fantástica

Sé que hay más temas que me persiguen, pero estos me parece que son los principales. Y el patrón que veo en ellos es extraño. Porque sé que a nivel personal no vivo pensando en estos temas, especialmente los que ya están resueltos.

Pero la evidencia dice otra cosa. Dice que mi elección subjetiva de los temas que escribo demuestra que son asuntos que me obsesionan todavía hoy, porque no puedo escapar de ellos. No porque no estén resueltos, sino porque hay mucho más por saber y entender y cada vez que escribo una historia, estoy explorando estos temas.

Mi propuesta personal en la literatura de fantasía, terror y ciencia ficción es súper personal, es interna, es reflexiva. Exploro mis cicatrices, mis tatuajes, mis tapaduras. Exploro el mundo de un introvertido contumaz que todavía necesita tiempo para procesar los actos de las personas que le rodean. Y propongo un modo de curar las heridas que deja el proceso de vivir en una sociedad que nos exige ser extrovertidos.

En mi propuesta personal trato de interiorizar y aceptar el miedo y el sufrimiento emocional como parte del hecho de estar vivo. Y que las heridas sanan y también dejan marcas y eso es normal. Esos son mis temas. Esa es mi propuesta. Y mi desafío como escritor es entregar historias que no te llenen de angustias, porque mis historias no se tratan de esto.

Por favor léeme y me das tu opinión.

Avatar de Daniel Enrique Guajardo Sánchez

By guajars

Santiago, 1977. Daniel Guajardo (aka) Dan Guajars escribe las historias y su otro yo, el tenebroso, las disfruta. Se lo puede encontrar con el nombre de Daniel Guajardo en Providence, Chile.