Esta serie necesita que pongas atención

Antes de comenzar, tienes que saber que en este artículo hay SPOILERS para todas las series listadas a continuación. Y que mi concepto de «nuevos trucos narrativos» es en realidad un reconocimiento a su importancia. Porque ya me los sabía, pero me faltaban buenos ejemplos que resonaran con el conocimiento previo.

Years and Years (BBC).

Esta serie nos previene de los políticos mediáticos con buenas intenciones.

Es una saga. Ambientada en Inglaterra en un futuro no muy lejano. En un mundo que colapsa paulatinamente sin un Apocalipsis, simplemente por nuestra acción e inacción. Donde los fascismos más ultras surgen tímidos e incluso amigables, hasta convertirse en organizaciones criminales y genocidas. Que fueron elegidas democráticamente. Y a pesar de todo esto, las personas tienen que convivir y sobreviven de manera cotidiana. La vida sigue su curso.

Con Years and Years confirmé algo que es necesario reafirmar. Que las historias son acerca de las personas. Personajes con problemas cotidianos que se ven inmersos en problemas locales que son resultado de problemas globales. Tienen que tomar decisiones difíciles. A veces se equivocan. A veces saben que están cometiendo errores y siguen adelante sin importar las consecuencias. Que las consecuencias de sus errores pueden durar vidas enteras. Y afectar a las personas que más les importan.

Y que a pesar de todas las malas decisiones que toman y de los eventos que moldean sus caminos, estos personajes tienen esperanza. Luchan, cada uno a su manera. Se rebelan contra la opresión en distintos niveles. Porque sus relaciones con otros personajes hacen que sus vidas tengan sentido.

Es una serie Hopepunk. Pronto la veré de nuevo.

Legion (FX).

Esta serie nos alerta contra los vampiros de la mente, usando metáforas audiovisuales.

Con Legion (especialmente la temporada 1) aprendí que la pirotecnia es secundaria a la historia, pero no es indiferente a la historia. En este caso la pirotecnia es fascinante. Es lisérgica. Surrealista. A ratos es aterradora. Lidiando con temas como adición, locura y manipulación emocional. Me encanta. No sé cómo explicar la fascinación que me produce esta serie tan extraña, solo a nivel audiovisual y narrativo. Que te hace dudar de lo que acabas de ver.

Hace poco salió la tercera temporada. Probablemente la última. Ya la vi dos veces.

Y la historia, con todo lo enrevesada que pueda parecer, es muy simple. El hijo de Charles Xavier es uno de los mutantes más poderosos de del mundo. Es capaz de modelar la realidad a su voluntad. Pero él no lo sabe. Porque lo «secuestraron» al nacer por una entidad que habita en su inconsciente y se alimenta de su poder.

Es fascinante y es alegre… la mayoría del tiempo. Los personajes, sus relaciones y motivaciones, son perfectamente claros. E incluso cuando ocurren cosas que parecen no tener sentido, está construida de tal manera que no importa. Es parte del espectáculo. Y el horror… al menos en la primera temporada, es crucial.

Watchmen (HBO).

Esta serie nos alerta contra los que escriben la historia para borrar sus errores y pintarlos como triunfos.

Con la serie Watchmen comprendí que los lectores/auditores de una obra no necesitan que les den la comida masticada.

Durante muchos años, incluso ahora, distintas voces que promueven formatos creativos han insistido que hay que explicar todo; para que las personas que presencian esta historia no se sientan alienados. Y es cierto.

Pero esas mismas voces insisten en un orden lineal, en un camino de migas. En el modelo de las novelas de antaño, cuando el investigador o investigadora encontraba las pistas una a una e iba armando el puzzle. Porque las personas «no quiere pensar». Eso es un error desde cualquier punto de vista. Los que quieren zombies frente a sus productos creativos, son unos skeksis.

Watchmen funciona como un misterio. Pero somos nosotros los que tenemos que armar el puzzle. Tenemos todas las piezas, desordenadas y parceladas. Y cuando llegamos al último capítulo, todo está explicado, de manera directa o indirecta, a través de los eventos mismos de la serie. No subestima a sus espectadores. Al contrario, espera que usemos nuestro intelecto para resolver el acertijo.

Además, comprendí del terrible efecto que tienen los grupos supremacistas blancos sobre la historia de Estados Unidos. El evento que da inicio a la serie, una terrible matanza de más de 300 personas a manos del KKK en Tulsa en 1921. Ocurrió realmente. Y luego lo borraron de la historia. Como si no hubiera ocurrido.

Y por esto encontré una nueva convicción. Que no importa si mi contribución es pequeña. Tengo que dejar una huella, una evidencia, del tiempo que me tocó vivir.

Tales from the Loop (Amazon).

Esta serie te da bofetadas con amabilidad.

Es una serie amable. Acerca de un extraño pueblo y algunos de sus habitantes, en un contexto tecnológico retrofuturista. Donde ocurren eventos fabulosos y bucólicos al mismo tiempo. Y donde los personajes y sus dramas para nada tecnológicos son el centro de diferentes historias donde se juega con imposibilidades tecnológicas.

Viendo Tales From the Loop aprendí que en la ciencia ficción, la parte «ciencia» de la historia es la que crea los escenarios. Pero que las respuestas a las preguntas siempre provienen de los personajes y sus historias personales. Y aunque necesiten la parte «ciencia» para resolver problemas. Las soluciones siempre son humanas.

Dark (Netflix).

Esta serie es un enredo dramático y paradójico que tiene perfecto sentido al final.

Mucha gente la vio y no la entendió. Dark juega con los relatos paralelos para contar historias dramáticas acerca de un grupo de personas que son resultado de diferentes loop temporales. Y cada loop se nutre a sí mismo con paradojas.

Es tal el enredo de personajes que son hijos, de quién, en qué época y tal, que casi no se entiende. Casi. Especialmente cuando saltan de una escena a otra.

Pero el viaje en el tiempo y todas las paradojas que conlleva son una excusa. Y eso es lo que aprendí. Que las consecuencias de los actos de un grupo de personas conectadas entre sí son las que mueven el relato y afectan a los protagonistas. El viaje en el tiempo y las paradojas son solo el germen de la historia. Son un macguffin. Y ponen a los personajes en situaciones cada vez más dramáticas.

También aprendí el truquillo del relato paralelo. Como en «La Noche Boca Arriba». Cuando hay dos escenas consecutivas, se conectan a través de un tema, del subtexto y/o el contexto. Por eso el relato se siente cohesivo.

The Haunting of Hill House (Netflix).

Esta serie es una maravilla que te produce tristeza, pero de la buena.

Ay la tristeza. Ver esta familia que se ama y que se descompone lentamente. Me parte el alma. Esos niños que se aman después son adultos que se odian. Esos padres que se aman, más tarde se alejan en desconfianza. Mi corazón sufre.

Es una historia que funciona. No me gustan los dramas terribles como este, intento alejarme. Porque me duelen. Pobres niños. Pero luego son adultos y no me importaría tanto si se tratara solo de ellos ya mayores. Pero la serie los conecta en su presente y su pasado como las mismas personas; niños maravillosos que son niños, y adultos con traumas portándose como mierdas.

Y por eso, a pesar de mi instinto a alejarme de las historias que me aprietan el pecho, es que me gustó tanto. Empaticé con ellos de inmediato. Y el final, cuando todo se viene abajo y desaparecen las cortinas que ocultaban las crueles y terribles verdades… es un final esperanzador. Y por esa razón es que es una serie que espero volver a ver.

Lo que aprendí con The Haunting of Hill House es que cada uno de nosotros empatiza de manera distinta con los personajes de una historia. Y que en esta historia hay varios protagonistas y pude empatizar con algunos, pero no con todos. Y eso fue una revelación. Porque las historias con un solo protagonista pueden fallar para un gran número de personas, cuando no se logra que el público empatice con él/ella.

Háblame de tus películas y series donde aprendiste algo valioso para tu proceso creativo.

Porque quiero seguir aprendiendo y qué mejor que aprender de ti.

Avatar de Daniel Enrique Guajardo Sánchez

By guajars

Santiago, 1977. Daniel Guajardo (aka) Dan Guajars escribe las historias y su otro yo, el tenebroso, las disfruta. Se lo puede encontrar con el nombre de Daniel Guajardo en Providence, Chile.