Es una novela juvenil de Sanderson, la segunda que leo después de Elantris y es mil veces mejor, en términos de calidad y estilo general.
La historia es básica, es simple y dentro de sí misma está bien lograda, súper héroes que resultan ser súper villanos, TODOS, y la gente común que intenta liberarse de su yugo.
Me entretuvo, aunque estuve a un pelo de dejar de leerlo justo al principio, cuando (SPOILERS) un personaje muy malvado asesina a un bebé en los brazos de su madre (/SPOILERS). Eso me causó un dolor emocional intenso. Pero no tenía nada más para leer en ese minuto y la cantidad de trámites que tenía que realizar ese día eran muchos, como para dedicar ese tiempo de espera y viaje solo a mis pensamientos.
ME costó superar esa imagen inicial. Si el autor quería demostrar que estos súper villanos eran realmente malos, pues ya lo había logrado una página antes. Ese crimen extra mató mi pasión por el libro, forever.
Lo terminé de leer porque quería saber cómo se solucionaban algunos temas desde un punto de vista autoral. Sigo a Sanderson y sus presentaciones y podcast y me compro todo lo que dice acerca de cómo escribir buena fantasía y ciencia ficción. Todavía lo hago. El libro cumple con esa expectativa.
Pero no lo lean si tienen hijos pequeños. Quizá a ustedes no les afecte. A mí me cagó el día. Lo bueno es que establecido el punto (que los malos son muy malos) ya no fue necesario más ejemplos. Otro de esa índole y habría arrojado el libro a la calle desde la ventana de la micro.
Tengo Legion acá listo para comenzar a leer y temo encontrar otra imagen como la que me mató en este libro, pero lo leeré igual, porque soy curioso.